Quizás le tenga un poco de asco a mis antes amigos Kit Kat. La culpa de nuestra enemistad se debe a una campaña publicitaria viral que saltó a Internet el pasado año 2010 de Greenpeace con motivo de la desforestación de los bosques de Indonesia.
Sí. Puedo leer una enorme interrogación por encima de vuestras pantallas. ¿Qué tiene que ver Greenpeace con el chocolate, con los monos y con Indonesia? Pues bien, según la Organización Ecologista y Pacifista Internacional, pidió a la empresa chocolatera Nestlé que cambiase el sistema de elaboración de estas chocolatinas. La razón se debía a que uno de los ingredientes es el aceite de palma, bastante barato y que se da en zonas tropicales, entre ellas Indonesia y para extraerlo deben destruir y talar ároboles, cuestión que hace difícil la vida de muchos animales, entre ellos los gorilas. Uno de sus principales proveedores, Sinar Mas, está provocando una tremeda deforestación para obtener este complemento oleoso. ¿Respuesta de la mutinacional? Un no.
El culebrón sigue. La compañía agroalimentaria suiza censuró el vídeo lo que produjo una indignación mucho mayor entre los internautas creando grupos que rechazaban la actitud de Nestlé.
El vídeo es fuerte, chocante y desagradable. Capaz de que le cojas manía a esta deliciosa chocolatina. Si te gusta realmente Kit Kat, te recomiendo que no veas el vídeo porque puede que no vuelvas a probarlo más. Si eres algo más receptivo, te invito a verlo sin dudar.
Nestlé ha rechazado públicamente las técnicas de Sinar Mas para extraer el aceite de palma, pero sigue encargándoselo a otros proveedores que a su vez le compran el líquido a Sinar Mas. Es decir, que todo sigue igual pero de manera enmascarada.
Greenpeace sigue presionando. Nosotros desde aquí, también.
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