Stéphane Laniray es otro visionario, pues ha fotografiado edificios de Tokio para después retocarlos de una forma muy sencilla: multiplicándolas y volteándolas vertical y horizontalmente. Ello da como resultado unas infraestructuras irreales, frías y novedosas, casi sin figuras humanas ni árboles. Casi futuristas.
¿Qué Tokio es mejor?¿Éste o el real?
Fuente: Dailyicon
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