¿Recordáis el curioso trabajo de
Natsumi Hayashi y sus autorretratos "
a dos palmos del suelo"?
Pues bien, algo parecido, pero a la vez muy distinto ha creado
Rachel Hulin. El proyecto de esta fotógrafa llamado "Flying series" consiste en tomar fotografías de su bebé ¡volando!
El pequeñajo no vuela y no va a ser el próximo superhéroe de Marvel, sino que su mamá tiene un duro trabajo de postproducción, pues el niño es apoyado en objetos y luego son eliminados con programas de retoque fotográfico. Para descubrir el truco, podéis leer
este artículo.
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La fotógrafa Rachel Hulin en una sesión |
Lo cierto es que el resultado es muy atractivo.
El niño es un prodigio, sí, pero no por sus dotes para el vuelo, sino por su fotogenia y paciencia.
Y a todo esto...¡Feliz día, mamás! Con vuestro cariño y paciencia hacéis de nosotros vuestra mejor obra maestra.
Fuente:
cuartoderecha